domingo, 3 de abril de 2016

MONCAYO 2.315 m.

Moncayo desde Agramonte
Circular de 15 km - 1.500 mts de desnivel - 6 hs.

Día 26-03-2016
Martín Moliner y Manolo Moliner (Valencia)
Esta montaña sagrada, nos atraía desde hacía tiempo y aprovechando dos días libres, nos hemos acercado a conocerla.


Salimos desde Valencia con el coche el día anterior, son 3h 30' de camino, unos 360 kms y hacemos noche en la zona.
 Tras dejar el coche en el aparcamiento del centro de Interpretación de Agramonte, cota 1.080, salimos a las 08,30 con bastones y por si acaso, piolet.


Seguimos el sendero hasta la fuente de la Teja, atravesando el hayedo, hace calor y nos quedamos en manga corta. El sendero ofrece información en paneles de los diferentes árboles que podemos ver. Después volveremos a bajar por este mismo sendero cuando volvamos por el barranco de Castilla.
Desde la fuente de la Teja, seguimos por un sendero hasta el refugio de la Paridera y empieza a empinarse el recorrido que sube por el bosque, cruzando varias veces la carretera, pasando por el pozo nevero del prado de Santa Lucía y llegando al Santuario de la Virgen del Moncayo. Junto al Santuario hay otro panel del sendero AG-1, que vamos a seguir para subir a la cima. Nos ponemos los crampones, cota 1650. La senda zigzaguea entre el bosque de pino hasta llegar a una explanada a pie del circo de San Miguel, empieza a hacer fresco, son las 10.30.


  
Desde esa zona, se desvía a la izquierda (ruta normal) y sube por ese margen del circo hasta el cerro de San Juan. Si vamos recto accederemos a la zona de los corredores que ascienden a la cima. Nosotros seguimos por el cordal, pasando el collado del Alto de las Piedras, nos abrigamos antes de llegar, no hace frío pero el viento arrecia y llegamos en 20' a la cima del Moncayo de 2.315 mts. , son las 12,00 h.

 En esta ocasión, la ventisca apenas deja disfrutar de la cima, pasan nubes rápidamente y durante la subida hemos disfrutado del paisaje del lado aragonés, la parte soriana que empieza a dejarse ver desde el cordal, es un mar de nubes. Hay que bajar rápidamente por el sentido opuesto, es decir, en dirección oeste que apenas utilizan los montañeros. La mayoría no utiliza este recorrido circular porque tendrían que iniciar la ruta más abajo del Santuario o bien por ser menos conocido. Hay bastante nieve acumulada, niebla y apenas se ven los hitos, llegamos al collado de Castilla o de Pasalobos cota 2.000, y se empieza a ver el hayedo, la nieve sigue acumulada y el avance es lento y exigente, avanzamos por la zona despejada de árboles del barranco de Castilla.



 Nos cruzamos con una pareja que subía y les comentamos que si es penoso bajar, que se vayan preparando. El sendero se sigue bastante bien. Llegando casi a la pista en la cota 1500, nos quitamos los crampones. Llegamos a la pista y avanzamos por ella, pero solo unos metros, porque el sendero continúa por barranco abajo, atravesando el hayedo hasta salir, cerca de la fuente de la Teja, por donde habíamos pasado antes. Solo queda regresar al aparcamiento siguiendo el sendero AG-2. A las 13,30 finalizamos el recorrido tras 6hs. y 1.500 mts. de desnivel acumulado. El piolet no lo hemos utilizado.
Largo y duro recorrido que una vez terminado, nos llena de orgullo y satisfacción, conocer esta maravilla de la naturaleza, realizando uno de los itinerarios que más representan a esta montaña.




Manuel Moliner es un alpinista valenciano enamorado de las aventuras en contacto con la montaña. Su percepción de la experiencia en el Moncayo nos confirma el estatus especial de esta "montaña sagrada" como él la define. ¡Claro que sí, amigo Manolo!







CRESTA COL DE SOMPORT 1.625 m - PIC DES MOINES 2.349 m.
El autobús del Valle del Aragón se detiene en el Col de Somport a las 09:05 A.M. Se trata de encaramarse en la cresta fronteriza España-Francia e ir cabalgando una tras otra las modestas y redondeadas cumbres hasta el Pic des Moines. Viento frecuente. Es difícil perderse. Caminar siempre hacia el este y siempre por el filo. Serán cinco o seis cimas.

Primero un cafecito en el hostal del Col, luego para arriba por lo más evidente, a montarnos en la cresta. Son pendientes sencillas (30/40º), con alguna visera pequeña pero vertical.
Visera de llegada a la antecima del Pic Arnouse, 2.191 m

Pic  Benou 2.292 m. La niebla es engañosa y nos impide ver las pequeñas viseras y escalones que el viento ha ido formando de manera aparentemente caprichosa.

El Pic des Moines ya está cerca. Detrás el Pic du Midi d´Ossau. Una aristilla entretenida, con peñascos que afloran en la nieve consistente y segura. Bonita cresta, más larga de lo que parece a primera vista. Son casi cinco horas desde el Col de Somport.


Cima del Pic des Moines, 2.349 m. Una popular montaña muy ascendida desde la estación de esquí de Astún. Aquí se acaba el entrenamiento de hoy.


Pic des Moines. El viento se está calmando. Detrás, el Ossau.

Descenso muy rápido por la traza de raquetas. Una hora desde la cumbre. Estación de Astún. (1.700 m). Ahora un periódico, un café y a pillar el autobús de vuelta.



LOBO IBÉRICO EN ARAGÓN.
¡¡VA A SER QUE SÍ!!
La reivindicación del lobo gana terreno y adeptos. En las últimas semanas han tenido lugar varias manifestaciones a favor de la presencia del lobo.





ALFREDO GRACIA VISCASILLAS
(SINUÉS 1942 - JACA 2016)

Ha fallecido en Jaca mi tío Alfredo con quien compartí mi infancia en Sinués.
El tío Alfredo me descubrió los secretos del monte, de la maleza y de las peñas, para que perdiera el miedo a adentrarme en las espesuras de la naturaleza salvaje. Me mostró donde encontrar setas en el cajicar de Buyerde y cómo coger truchas en el río Estarrún. Su mayor felicidad consistía en compartir en familia o amistad la caza, la pesca y los robellones. En cierta ocasión descubrimos una víbora y estuvo de acuerdo en dejarla marchar.

Alfredo era un cazador recalcitrante de jabalíes, pero sentía devoción por todas las criaturas salvajes del Pirineo gracias a las cuales, nuestra familia en Sinués, completaba y alegraba aquella saludable pero austera dieta. Él mismo era también una criatura de los Pirineos, un hombre de otra época, sencillo y primitivo que se regía por la honestidad y la palabra dada. Vivió libre, sin posesiones, pero ganándose la vida dignamente como albañil. Ha muerto sin sufrir, como un pajarillo.

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